Perimenopausia sin kilos de más: activa músculo y energía
- Jesús Carlos Carlos
- 19 jul
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 26 jul
La perimenopausia no es el final, es el nuevo comienzo.

Ese momento en el que el cuerpo cambia, pero tú decides si esos cambios te restan o te potencian. Si estás en tus 40 o incluso rozando los 50 y sientes que cada bocado parece pesar más que antes, no estás sola ni exagerando. La ciencia lo respalda: durante la perimenopausia, los cambios hormonales alteran la distribución de grasa, ralentizan el metabolismo y afectan el estado de ánimo. Pero también hay buenas noticias. Muy buenas.
Hoy sabemos exactamente qué hacer para que esta etapa no se traduzca en kilos de más, fatiga o frustración, sino en una oportunidad para activar músculo, ganar energía y tomar control.
¿Qué pasa en tu cuerpo durante la perimenopausia?
La perimenopausia es el periodo de transición antes de la menopausia, donde los niveles de estrógenos y progesterona fluctúan drásticamente. Esta variabilidad hormonal tiene impactos concretos:
• Aumenta la resistencia a la insulina
• Se reduce la masa muscular (sarcopenia progresiva)
• Se acumula más grasa en la zona abdominal
• Se vuelve más difícil conciliar el sueño y mantener la energía estable
El problema es que muchas mujeres, al sentir que suben de peso con facilidad, caen en dietas hipocalóricas que solo empeoran el cuadro: menos músculo, más grasa, y un metabolismo aún más lento.
Pero el enfoque correcto no es comer menos. Es comer mejor, con proteína suficiente, entrenar con estrategia y sincronizar todo con tu nueva fisiología.
¿Proteína en la perimenopausia? Esencial, no opcional
Estudios como el publicado en JAMA (2024) confirman que una dieta rica en proteínas, junto con entrenamiento de fuerza leve a moderado, ayuda a preservar la masa muscular y reducir grasa abdominal en mujeres perimenopáusicas.
La recomendación ideal: 1.6 a 2.0 gramos de proteína por kilo de peso corporal al día.
Esto significa que una mujer de 65 kg debería consumir entre 104 y 130 gramos diarios, distribuidos en tres o cuatro comidas balanceadas.
La proteína no solo mantiene el músculo: también sacia, estabiliza el azúcar en sangre, y reduce los antojos hormonales que aparecen con el desajuste estrogénico.
Fuentes clave de proteína limpia y funcional para esta etapa:
• Clara de huevo, salmón, tofu firme, skyr natural
• Lentejas, garbanzos, edamames
• Proteína en polvo sin azúcar, ideal post-entreno
• Yogur griego sin sabor, semillas de cáñamo, chía
Entrenamiento de fuerza sin romperte: 3 días bastan
La North American Menopause Society (NAMS) ha sido clara en sus directrices: el entrenamiento de resistencia es fundamental para prevenir aumento de grasa visceral y deterioro óseo en mujeres perimenopáusicas. Pero no necesitas levantar como en los 20. Necesitas consistencia y técnica.
Plan base (30 a 40 minutos, 3x/semana):
• Sentadillas con peso corporal
• Remo con banda elástica
• Peso muerto con mancuernas ligeras
• Press de pecho en el suelo
• Plancha activa con respiración diafragmática
• 5 a 10 minutos de movilidad articular al inicio y al final
Si no has entrenado en años, empieza con ejercicios isométricos o usando tu propio peso. El objetivo no es sudar como loca, sino activar grupos musculares que mantienen el metabolismo encendido incluso en reposo.
Grasa abdominal: el enemigo silencioso que sabotea tu energía, tu salud… y tu confianza
La grasa abdominal no es solo una cuestión de estética. Es una señal clara de que algo dentro de ti necesita atención urgente. No es grasa común: es grasa visceral, profundamente adherida entre tus órganos, influyendo silenciosamente en tu metabolismo, hormonas y estado anímico. Su presencia está directamente asociada con un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hígado graso no alcohólico y el temido síndrome metabólico.
Y si estás en perimenopausia, este enemigo se vuelve aún más agresivo. Durante esta etapa, las fluctuaciones hormonales (especialmente la caída de estrógenos) aumentan la tendencia a acumular grasa en la zona central. Si a eso le sumas estrés crónico, insomnio o una dieta rica en harinas y azúcares, el resultado es claro: cintura expandida, fatiga constante y un cuerpo que se siente cada vez más fuera de tu control.
Pero hay buenas noticias: sí puedes revertirlo.
No con dietas extremas ni entrenamientos agotadores, sino con estrategia.
El protocolo de las 3 R: Reinicia tu cuerpo desde la raíz
Este método está diseñado para mujeres reales, con vidas reales, que quieren recuperar el control de su cuerpo sin sacrificar su salud mental. Se basa en tres pilares comprobados por la ciencia:
1. Nutrición reparadora: más proteína, más fibra, menos picos de insulina
Una alimentación rica en proteínas de alta calidad (mínimo 1.6 g/kg/día), vegetales fibrosos, grasas saludables y carbohidratos complejos es esencial para frenar la acumulación de grasa visceral. La proteína no solo preserva tu masa muscular: también regula tus hormonas del apetito, estabiliza la glucosa y acelera tu metabolismo.
2. Entrenamiento funcional de fuerza suave: el antídoto contra el envejecimiento
No necesitas matar tu cuerpo en el gimnasio. Solo 20 minutos de fuerza funcional, tres veces por semana, son suficientes para reactivar tu músculo, estimular la quema de grasa visceral y modular tu sistema endocrino. El músculo no solo te moldea: es tu mejor defensa hormonal.
3. Regulación del estrés y descanso profundo: activa tu modo reparador
Dormir mal o vivir con ansiedad perpetua eleva tu cortisol… y con él, tu grasa abdominal. Necesitas desconectarte, literal y metabólicamente. Al reducir pantallas por la noche, cenar alimentos antiinflamatorios y mejorar tu higiene del sueño, tu cuerpo entra en fase de reparación profunda.

¿Qué puedes empezar a hacer esta semana?
Pequeños cambios → grandes resultados.
-Cambia tu desayuno de pan blanco y mermelada por huevos con espinacas y aguacate: proteína + fibra + grasas saludables desde temprano
-Entrena fuerza funcional 20 minutos, lunes, miércoles y viernes. No es el tiempo, es la calidad.
-Apaga pantallas a las 21:00. Deja que tu melatonina suba naturalmente.
-Cena salmón al vapor con vegetales cocidos y un poco de quinoa: saciedad + reparación muscular + balance glucémico
-Añade 1 scoop de proteína post-entreno con colágeno hidrolizado y vitamina C. Tus tendones, articulaciones y piel lo notarán.
La evidencia es clara: el cambio empieza en ti
Un estudio de JAMA Internal Medicine (2024) mostró que mujeres perimenopáusicas que entrenaron fuerza tres veces por semana y consumieron al menos 1.6 g/kg de proteína diaria redujeron su grasa abdominal en 9.3% promedio en solo 12 semanas, sin perder peso total: la diferencia fue interna, profunda y funcional.
Otro meta análisis publicado por la North American Menopause Society confirmó que combinar ejercicio progresivo y dieta rica en proteína no solo mejora la composición corporal, sino que también reduce la ansiedad, mejora el sueño y eleva la autoestima en mujeres con cambios hormonales.
Este es tu momento
Lo más importante no es lo que te pasa, sino lo que decides hacer con ello. Hoy puedes recuperar tu poder corporal con estrategias simples, efectivas y científicamente comprobadas. Deja que la perimenopausia te active, no que te detenga.
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Referencias Bibliográficas:
JAMA Internal Medicine. 2024. High-Protein Diet Combined With Resistance Training Reduces Visceral Fat in Perimenopausal Women.
North American Menopause Society (NAMS). 2023. Position Statement on Physical Activity and Nutrition During Menopausal Transition.
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