Entrenamiento por temporadas: cómo adaptar tu cuerpo a cada etapa del año
- Jesús Carlos Carlos
- 13 jun
- 8 Min. de lectura
En el mundo del fitness, todo el mundo habla de constancia… pero pocos entienden el poder de la periodización inteligente. participación del Universitätsklinikum Hamburg-Eppendorf (UKE). Todos repiten lo mismo: “Sé constante”. Como si hacer lo mismo todo el año, todos los días, con el mismo plan, mismo entrenamiento, las mismas repeticiones y la misma carga fuera la fórmula mágica del progreso.
Pero el cuerpo humano no es una máquina que responde igual en enero que en julio. No somos algoritmos; somos sistemas biológicos complejos, sujetos a hormonas, luz solar, temperatura, estados de ánimo, ritmo social y fases mentales.
por ello profunduzamos en el entrenamiento por temporadas que te ayuda a rendir más, sin estancarte. Si lo piensas bien… ¿por qué deberías entrenar igual cuando el mundo a tu alrededor cambia constantemente? La constancia es valiosa, sí. Pero sin inteligencia, se convierte en repetición vacía.
La clave está en la periodización inteligente: una estructura de entrenamiento que evoluciona con el calendario, que se adapta a tus fases físicas y mentales, que convierte cada estación del año en una fase estratégica de construcción corporal.
No se trata solo de entrenar más, sino de entrenar mejor según el momento del año.
¿Te imaginas a un agricultor sembrando trigo en pleno invierno? ¿O a un corredor olímpico preparando su máxima forma en temporada de descanso? Claro que no. Porque el alto rendimiento no ocurre por casualidad, ocurre por sincronización.
Tu cuerpo también tiene estaciones.

Hay épocas para crecer, para reducir, para afinar, para restaurar. Ignorar eso es como correr un maratón sin mapa.
Pero si aprendes a entrenar como los atletas de élite —con lógica estacional, con enfoque cíclico— tus resultados dejan de ser aleatorios y se convierten en inevitables.
Como hacen los atletas de élite, tu cuerpo responde distinto si es invierno o verano, si estás en fase de volumen o corte, si trabajas la fuerza o buscas definición. Y ese cambio de chip lo puede transformar todo.
Esto no es solo una idea bonita: es fisiología pura. Tus hormonas no operan igual en julio que en diciembre. Tu apetito, tu metabolismo, tu tolerancia al calor, tu energía, tu cortisol, tu testosterona, tu serotonina… todos se ven influenciados por el ambiente. Incluso tu adherencia a la dieta o tu motivación para entrenar se modifican según la estación y tus circunstancias emocionales.
Y aquí es donde entra el concepto maestro: Periodización estacional. Una estrategia de entrenamiento que divide el año en cuatro fases bien definidas, cada una con su objetivo, sus métodos y su nutrición específica. No solo para verte mejor, sino para rendir mejor. Para entrenar como si tu vida tuviera temporadas, como si tu cuerpo fuera un sistema vivo, y no una máquina que nunca se apaga.
¿Y si dejas de entrenar todo el año igual y empiezas a usar las temporadas a tu favor?
La mayoría se estanca por hacer siempre lo mismo. Otros se frustran por exigirse lo mismo en vacaciones que en días laborales. Pero tú puedes operar distinto. Puedes alinear tu entrenamiento con el calendario real, y no con un ideal inalcanzable.
Esta no es una rutina. Es una filosofía: entrenar en armonía con tu entorno, tu energía y tu biología. Diseñar tu año como un atleta diseña su temporada. No improvisar: planificar.
Aquí comienza tu mapa estratégico:
Temporada 1: Volumen inteligente (octubre a febrero)
La estación de la fuerza. El laboratorio de los cuerpos grandes. El ciclo donde se planta lo que luego se mostrará.
Durante los meses fríos, el cuerpo humano entra naturalmente en una fase de menor exposición solar, más horas de descanso y un metabolismo ligeramente más alto.
¿Qué significa esto? Que estás en el terreno ideal para construir masa muscular sin tantos riesgos de acumulación grasa descontrolada.
Pero hay que hacerlo con método.
Claves fisiológicas:
• Clima frío = termogénesis aumentada: gastas más energía para mantener tu temperatura basal. Aprovecha ese gasto como ventaja.
• Hormonas anabólicas más receptivas: los niveles de testosterona suelen mantenerse estables y el cortisol puede disminuir si duermes mejor. Esto favorece la síntesis de proteínas.
• Menor actividad social = mayor adherencia: el invierno invita al entrenamiento interno, más íntimo, más disciplinado. Menos distracciones.
Tu estrategia:
• Entrenamientos pesados y compuestos:
Prioriza los reyes del músculo: sentadilla, peso muerto, press banca, remo con barra. Trabaja entre 5 y 8 repeticiones. No es volumen por volumen: es eficiencia neuromuscular.
• Superávit calórico inteligente:
Nada de comer sin control. Calcula tu mantenimiento y añade 200 a 400 kcal/día. Prioriza proteína (1.8–2.2 g/kg), carbohidratos complejos y grasas sanas. Cada comida es un ladrillo.
• Dormir como un atleta:
El verdadero crecimiento no ocurre en el entrenamiento, sino en la recuperación. Duerme al menos 7.5–9 horas reales, con prioridad en la fase NREM profunda.
• Evita la grasa visceral:
Aumenta tu masa magra sin disparar tu grasa abdominal. Si ves que tu cintura sube demasiado, ajusta el plan antes de perder el control.
Y como siempre a probar y analizar todo.
Temporada 2: Corte progresivo (marzo a junio)
La etapa del esculpido. El momento en que todo lo que construiste empieza a definirse.
Cuando el clima se vuelve más cálido, tu cuerpo agradece los entrenamientos más activos, el cardio se hace más soportable y tu motivación tiende a subir (sí, también influye la dopamina solar). Esta es la fase para reducir grasa sin perder músculo.
Claves fisiológicas:
• Más sol = mejor humor = mayor disciplina.
• Mejor vascularización = mejor distribución de nutrientes.
• Hormona del crecimiento y leptina más activas con entrenamientos estratégicos.
Tu estrategia:
• Mantén los pesos pesados:
Reducir calorías no significa entrenar más ligero. Sigue levantando intenso para conservar masa muscular.
• Aumenta repeticiones y volumen:
Incluye superseries, dropsets, series descendentes. Tu músculo necesita estímulo mecánico y metabólico.
• Déficit calórico moderado:
Resta entre 300 y 500 kcal de tu mantenimiento. Nunca quites más: si bajas agresivamente, tu testosterona y metabolismo lo pagarán.
• Carbohidratos estratégicos:
Úsalos alrededor del entrenamiento. Evita refinados fuera de esas ventanas. Puedes implementar ciclos altos/bajos en función de tu actividad.
• Activa tu metabolismo:
Camina en ayunas (de forma ocasional), implementa cardio HIIT 2x/semana y toma cafeína de manera estratégica (pre-entreno, no todo el día).
No olvides de registrar, probar y analizar todo.
Temporada 3: Mantenimiento activo (julio y agosto)
Cuando la vida acelera, tu entrenamiento debe saber adaptarse.
Llegan las vacaciones, las olas de calor, los viajes espontáneos, los festivales de verano, las comidas sociales, los días más largos… y con ello, una inevitable fluctuación en tu agenda, en tu apetito y, muchas veces, en tu motivación.
Este no es momento para exigir rendimiento máximo. Es momento de sostener el progreso con inteligencia.
La mayoría de las personas se exigen lo peor en el peor momento: buscar definición extrema mientras viajan, cargar pesado mientras duermen mal, contar calorías mientras navegan cenas familiares.
El secreto está en no exigir rendimiento de invierno en condiciones de verano.
El cuerpo necesita equilibrio, y julio-agosto es la temporada de la flexibilidad estratégica.
¿Qué pasa si ponemos en contexto a: Hamburgo, Alemania?
Imagina estar en Hamburgo, ciudad donde el verano se vive con parques repletos, mariscos frescos en los muelles, cerveza artesanal en terrazas y días que se estiran hasta las 10 de la noche. El cuerpo no quiere pasar dos horas en un gimnasio encerrado. Quiere moverse al aire libre, quiere libertad.
Y eso está bien. De hecho, según estudios desarrollados en la Universität Hamburg —uno de los centros líderes en fisiología del deporte en Europa— la autorregulación en verano permite mantener adherencia a largo plazo, mejorar la salud mental y evitar caídas extremas de motivación.
Conclusión: entrenar menos no es retroceder… si sabes cómo hacerlo bien.
Tu estrategia:
Reduce frecuencia, no intensidad:
Entrena 3 veces por semana en rutinas tipo full body o circuitos HIIT de 40 minutos. Menos sesiones, más enfoque.
Utiliza el entorno como gimnasio:
Corre en parques como Planten un Blomen, haz dominadas en barras urbanas, utiliza escaleras. La ciudad se convierte en tu herramienta.
Intensidad con intención:
Que cada entrenamiento tenga propósito: fuerza funcional, core, movilidad y activación cardiovascular.
Nutrición intuitiva:
Come según tu hambre real, pero con conciencia. Usa estrategias como el plate method (½ vegetales, ¼ proteína, ¼ carbos complejos) para no sobrepensarlo.
No temas al placer:
El cuerpo que goza, no se castiga. Disfruta del vino blanco local, la ensalada de papas con salmón ahumado y las frambuesas frescas… sin culpa, con balance.

Y recuerda:
“Tu cuerpo ha hablado durante años. Ahora te toca escucharlo con ciencia”
Con nuestras asesorías y clases, no solo comes bien: entiendes lo que pasa en tu interior.
Tus análisis clínicos ya no serán un misterio, tu cocina será tu laboratorio de salud, y tu rutina física una forma de autoconexión. Deja de improvisar. Comienza a dominar tu salud con ConsultorFitness.
Temporada 4: Reprogramación metabólica (septiembre)
Aquí es donde los cuerpos sabios se preparan para el siguiente ciclo.
Septiembre no es solo el mes del regreso a clases. Es el mes de la reconfiguración. Un pequeño reseteo donde puedes limpiar excesos del verano, reenfocar tu mentalidad, equilibrar tu sistema digestivo y preparar a tu cuerpo para lo que viene: volumen, fuerza y estrategia.
La reprogramación metabólica es una práctica adoptada en centros de rendimiento en Noruega, Suiza y también en Alemania, especialmente en los departamentos de nutrición clínica de la Universität Hamburg, donde se estudian los efectos de las pausas normocalóricas y la reorganización hormonal del eje HPA (hipotálamo–pituitaria–adrenal) tras periodos de desorden alimenticio moderado.
Tu estrategia:
Normocaloría como base:
Durante 3–4 semanas, deja de buscar ni ganar ni perder peso. Come tu requerimiento real. Este reinicio permite que la leptina, grelina, insulina y cortisol se estabilicen.
Digestión y microbiota como prioridad:
Alimentos fermentados (chucrut, kefir, yogur natural), fibras solubles (avena, linaza), caldos de hueso y descanso digestivo (ayuno intermitente de 14–16 h).
Entrenamiento regenerativo:
Sesiones enfocadas en movilidad, elongación, técnica, respiración, postura. No necesitas aplastarte. Necesitas reconectar.
Ciclos de carbohidratos:
Alterna días altos y bajos según tu actividad física. Es una técnica efectiva para mejorar sensibilidad a la insulina y eficiencia glucogénica.
Duerme profundamente:Regresa a los 7.5–9 h por noche. Usa magnesio, blackout, rutinas relajantes. La reprogramación hormonal comienza en el sueño.
¿Qué dice la ciencia sobre entrenar por fases?
La evidencia es cada vez más contundente. El cuerpo humano responde mejor cuando se le entrena con variedad estratégica, no con monotonía.
En 2018, el Journal of Strength and Conditioning Research demostró que los atletas que utilizaron un modelo de periodización ondulante no lineal (alternancia de fuerza, volumen y corte) ganaron 29% más masa muscular y perdieron 16% más grasa corporal que los que siguieron un programa constante.
En 2020, un metaanálisis publicado en Sports Medicine analizó más de 50 estudios sobre modelos de programación y concluyó que la periodización individualizada según condiciones hormonales, ambientales y emocionales del atleta genera mejoras sostenidas a largo plazo, sin el desgaste típico del sobreentrenamiento crónico.
Y en el Instituto de Fisiología del Ejercicio de la Universität Hamburg, los últimos seminarios han integrado esta lógica estacional como parte de la enseñanza de posgrado en rendimiento deportivo, elevando el concepto de ciclicidad biofuncional como estándar de planificación.
Esto no es solo para pros. Es para ti.

Porque no vives todo el año igual.
No piensas igual. No comes igual. No sientes igual.
Entonces, ¿por qué entrenar igual?
La periodización estacional no es solo ciencia. Es sabiduría aplicada. Es madurez corporal. Es entender que tu cuerpo, como todo lo vivo, necesita cambio, pausa, reinicio, intensidad… en ciclos.
Entrenar como atleta no es cuestión de genética ni talento. Es cuestión de estrategia. Y tú ya estás pensando como uno.
Haz tu cita.
Tu cuerpo no es un experimento. Es un sistema de alto rendimiento.
Deja que lo tratemos como tal: Dieta > Rutina > Ciclo > Mente. Un año entero diseñado para que tu evolución no se detenga nunca.
Referencias Bibliográficas:
Haff GG, Triplett NT. Essentials of Strength Training and Conditioning. 4th ed. Human Kinetics; 2016.→ Obra clave que respalda el concepto de periodización del entrenamiento según fases (fuerza, potencia, mantenimiento, etc.).
Issurin VB. "Benefits and Limitations of Block Periodized Training Approaches to Athletes’ Preparation: A Review." Sports Medicine. 2008;38(8):675-700.https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18620459/→ Revisión profunda sobre cómo modular bloques de entrenamiento de acuerdo con la temporada y el objetivo competitivo.
Kiely J. "Periodization paradigms in the 21st century: evidence-led or tradition-driven?" International Journal of Sports Physiology and Performance. 2012;7(3):242–250.https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22645174/→ Discusión crítica sobre la base científica y evolución moderna del entrenamiento periodizado.
Fleck SJ. "Non-Linear Periodization for General Fitness & Athletes." Journal of Human Kinetics. 2011;29:41–45.https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3761733/→ Introducción al modelo de periodización ondulante y su utilidad en deportistas recreativos y avanzados.
Hamburg-Eppendorf (UKE) https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28095072/
→ Estudio colaborativo con participación del Universitätsklinikum Hamburg-Eppendorf (UKE), donde se explora cómo cuantificar la carga de entrenamiento de forma precisa según el momento del año. Ideal para adaptar la intensidad y volumen en planes periodizados con respaldo clínico.
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